2.11.14

#LHS



¡Hola lectores!
hoy os traigo una entrada muy especial con motivo de Halloween, que ya pasó, pero da igual... bueno, como os iba diciendo es algo relacionado con esta festividad que espero que os guste.

Esta pequeña sorpresa de Hallowenn se llama #LHS (Little Horror Story💀) y puede que si os gusta la continúe si os apetece, consiste en una pequeña historia escrita por mí. La persona que narra la historia la dejo a vuestra imaginación, pero igualmente me gustaría mucho que me dejárais en los comentarios como os l@ imagináis...
Espero que os guste, es mejor si la leéis a oscuras y sin ruido de fondo, mucho más terrorífico...
¡Ya me contaréis que os ha parecido!





#LHS 

Todo estaba oscuro. El silencio cubría la habitación, salvo por el ruido que las ramas de los árboles y el viento hacían. Un chirrido agudo indicó que una puerta se había abierto. Unos crujidos espeluznantes se escucharon por toda la habitación, alguien se acercaba, el viejo y chirriante parqué le delataba.

Una mano fría acarició mi brazo con la llema del dedo; pese a no aplicar fuerza alguna la mano me provocó una extraña sensación y un escalofrío espontáneo. De nuevo la mano apareció, esta vez agarrando mi nuca fuertemente, clavando unas largas uñas en la piel. Noté el desgarro, la fluidez de la sangre caliente, contrastando con la frialdad que la mano provacaba.
El aliento golpeó mi nuca como una helada ventisca, provocando otro escalofrío. La respiración se agito ligeramente, provocado por una risa burbujeante.

- ¿Sabes dónde estás? - dijo una voz melosa y de tono extravagante. La misma mano congelada agarró mi mentón, dejando mi nuca libre de sufrimiento.

Intenté gritar, hablar o hacer algún tipo de sonido, mas sorprendentemente mi cuerpo estaba paralizado. Poco a poco una uña trazó un corto recorrido desde el pómulo hasta la comisura de mi boca. Volvió a reirse. Posó el dedo helado sobre mis labios y ágilmente aparto la mano, y giró todo mi cuerpo, haciéndo que me desorientara.

Cerré los ojos con fuerza y los volví a abrir. La venda que cubría la mitad superior de mi cara había desaparecido mágicamente y ahora la luz me había cegado momentaneamente. Volví a abrir los ojos y descubrí que la luz de la luna se filtraba a través de la ventana abierta, cuyas cortinas blancas se mecían suavemente con el viento.

Un parpadeo y una figura interrumpió mi visión.

Un grito se acumuló en mi garganta, la sangre fluía por mis venas y mi corazón comenzó a bombear agitadamente. Tenía que salir de allí, tenía que lograr salir con vida.
Poco a poco, sintiendo los terribles y perspicaces ojos de la sombra en mi, intenté moverme, pero me fue imposible. Otra risa burbujeante.

La Sombra se movió asombrosamente rápido, como una serpiente, se deslizaba increíblemente rápido, de una esquina a otra, en circulos a mi al rededor, cada vez más rápido y más rápido.
Un segundo y una cara monstruosa apareció a dos centímentros de mí.

Haciendo acopio de toda mi fuerza y mi valor, pensé en mi medallón, lo invoqué con mi mente y mientras la Sombra abría sus enormes fauces mostrando un millar de dientes blancos y afilados de los que se escapaba una baba verdosa, conseguí mover suficiente mi cuerpo hacia atrás para caerme. El círculo que me rodeaba se descompuso y un peso se libró en mi interior, permitiendo moverme libremente. La Sombra hizo un chillido agudo de frustración, provocando una ligera risa por mi parte.

Rodé hacia atrás y llevé cada una de mis manos hacia un bolsillo. Nada. Mis armas habían desaparecido y los bolsillos estaban vacios. La Sombra se deslizó hasta mi, intentando abatirme con un extremo de su figura, el cual tenía un extraño apéndice. Yo rodé de nuevo, esta vez hacia la izquierda.

La Sombra pareció sonreír entonces, mostrando su millar de dientes blancos y afilados como un tiburón. Las cuencas de sus ojos blancos y sin vida brillaron espeluznantemente, desprendiendo un brillo verde fantasmal.
La Sombra se abalanzó sobre mí, produciendo gritos agudos. Yo giré y rodé, llevé una mano a mis botas y saqué un brillante cuchillo plateado.

Un segundo antes del impacto, los ojos de la Sombra se volvieron sorprendente humanos, y por una milésima de segundo me pareció ver a una mujer en lugar de la bestia. Mi cuchillo se clavó en el centro de la figura, provocando una brecha. Saqué el cuchillo de nuevo y lo clavé en su cuerpo, separándolo de su cabeza.
 La Sombra hizo un ruido grave, como un gorgoteo voluminoso, y comprendí que había muerto, pero que no era el único peligro que allí me acechaba. No era lo mismo que me había hablado, sólo era un soldado.

Pasé una mano por mi cara para limpiar la sangre negra que la había manchado y limpié el cuchillo en mi camiseta, dejando a la vista la inscripción de mi iniciales grabadas en el metal.
Un ruido proveniente de mi espalda me sobresaltó. Venían más.

- Necesito salir de aquí - murmuré entre dientes mordiendo mi labio inferior. Corrí hacia la ventana abierta mientras el sonido del parqué hundiéndose se hacía cada vez más cercano.
Moví como pude una pesada mesa y me subí encima para llegar a la ventana, situada casi en el techo. Estaba en un sótano.

El olor a chamusquina me advirtió de que algo iba terriblemente mal. El sonido de una decena de criaturas deslizándose me alertó. Debía darme prisa. Agarre la ventana con mis manos y me impulsé hacia arriba hasta sacar parte de mi cuerpo. Los gorgoteos de las Sombras penetraron las paredes. Con un último impulso saqué mis piernas y cerré la ventana.



Fuera, la luna llena se alzaba en lo alto, con las estrellas brillando en una noche despejada, el viento aullaba suavemente, aportando una fresca brisca. A través de la ventana ví a las figuras entrar en la habitación. Yo eché a correr sin mirar atrás. Corrí y no paré hasta una veintena de metros más allá de la vieja casa perdida en medio de la nada.

Tomé un segundo para respirar. El corazón comenzaba a bajar las pulsaciones y mi cabeza se aclaraba. Estupidamente miré hacia atrás. Un estallido en la lejanía. Brillantes cristales saltando por los aires. Cinco figuras oscuras arañadas salieron por la ventana, deslizándose en busca de su presa. Yo.
Abriendo los ojos desmesuradamente comencé a correr por el bosque.Todo recto. Salta. Esquiva una rama. Esquiva un árbol. Gira a la derecha. Corre. Los sonidos de ramas quebrándose y los agudos chillidos de las Sombras. Figuras de árboles en ángulos extraños. El corazón bombeando. La sangre fluyendo. Corre.

Los bordes de mi visión comenzaron a opacarse. Cada vez veía menos, notaba cómo las Sombras absorvían mi esencia. Me comenzaba a debilitar, mis piernas se volvían más lentas.

- No quiero morir - susurré sin dejar de correr. Algo en mi comenzó a brillar - No voy a morir, no hoy - mi medallón comenzó a brillar. La adrenalina me inundó. Me paré en seco.

Me giré de golpe. Miré a las criaturas que estaban a tan solo metro y medio. Algo en su mirada cambió, la primera de las Sombras frenó en seco, al igual que las otras que la seguían. La miré fijamente. Un calor abrasante cubrió mi pecho, me sentía como si me estuviera ahogando, pero no podía parar. La criatura comenzo a hincharse, parecía un globo gigante. Y entonces, simplemente esplotó.

Agarré velozmente mi cuchillo y se lo lancé a la segunda Sombra más cercana, separando limpiamente la cabeza del cuerpo. Lancé el cuchillo a la tercera y la cuarta se abalanzó sobre mí, golpeándome contra un árbol. El impulso me lanzó un metro mas lejos, provocando que una rama me cortara el estómago. La sangre empapó mi camiseta y la criatura sonrió tenebrosamente.

Yo me lancé hacia ella, la golpée con todas mis fuerzas, mas solo conseguí cansarme y que me tumbara en el suelo a su merced. Abrió su enorme fauce frente a mí y yo metí mi mano en su pecho, arrancándole el corazón.
Empujé a la criatura para sacarla de encima y me arrastré hasta mi cuchillo, clavado en otra Sombra, que se desangraba lentamente. Arranqué el cuchillo y me preparé para cortarle la cabeza, la misma extraña sensación de antes cuando la mujer apareció volvió a ocurrir, esta vez, con una niña. Bajé el cuchillo.

Un apéndice se movió para atacarme, pero antes de que lo hiciera ya le había cortado la cabeza. Hice lo mismo con la otra que había matado y revisé la escena, llena de sangre, oliendo a muerte.

Respiré sonoramente y caminé en busca de una carretera. Unos minutos después, tras alejarme, clavé mi cuchillo a los pies de un gran e imponente árbol y me dejé caer sobre la hierba y las hojas.
Lloré. Lloré por todo lo que había ocurrido.

FIN...
(Por el momento)




Bien, pues os deseo una noche horripilante, llena de Sombras
y criaturas que os hielen la piel y os pongan los pelos de punta...
(Os aviso que los gifs no tienen nada que ver en cuanto a descripción
con la historia, es solo para decorar el texto y sorprender...)





2 comentarios:

  1. Está genial!¡síguela! de verdad que me gustó un montón <3 :D

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    Respuestas
    1. Me alegro de que te haya gustado!
      Gracias por comentar ♥

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